sábado, 18 de abril de 2020
BIENVENIDOS
LA Practicas del lenguaje actividades para 4º A, B, C, D,E
SEÑO: ROSA
¿Qué hacemos con el miedo?
Los seres humanos sentimos miedo ante un montón de situaciones, algunas reales y otras imaginarias. Ante el miedo, a cada uno nos pasan cosas distintas: sentimos la necesidad de huir, de enfrentarlo, de taparnos los ojos y los oídos, de meternos debajo de las frazadas o de buscar a alguien que nos proteja. Otra forma de enfrentar nuestros miedos es expresarlos con palabras e imágenes. Y tal vez por eso, hombres y mujeres cuentan leyendas, escriben cuentos y novelas, filman películas y pintan cuadros en los que el miedo tiene su lugar.
• ¿Cuáles de estas palabras los llevan a pensar en historias que dan miedo?
Márquenlas con color.
• ¿Qué otras palabras asocian con el miedo? ¿Por qué?
BLANCO CUADRO CEMENTERIO CALOR ESPEJO VELAS NOCHE BOSQUE CUERVO MAR NEGRO PANTANO LLUVIA ROJO RATA MUÑECO DÍA CIELO SOMBRAS BOTELLA
Paseaba por un sendero con dos amigos -el sol se puso- de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio -sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad- mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza... Edvard Munch
- ¿Por qué gritará este personaje? - ¿Qué estará mirando
Nuestras leyendas
Hay muchos tipos de leyendas. Algunas nos dan miedo. Otras tratan de explicar el origen de una flor, de un animal o de un río. También hay leyendas que cuentan las aventuras de un héroe, como las del Rey Arturo o las de Robin Hood.
En las páginas que siguen van a encontrar las historias de dos personajes que viajan de boca en boca por nuestro país, y que hacen correr algún que otro escalofrío por la espalda. Seguro que si se las cuentan a alguien más, las historias seguirán viajando de boca en boca, y el escalofrío también. A medida que se van contando, las historias y los personajes pueden ir cambiando: cada persona que las conoce les agrega un detalle, un color, un aroma; les cambia algún personaje, un paisaje o un final. Por eso, es posible que ya conozcan algo sobre los personajes o las situaciones que encontrarán aquí. Los seres misteriosos de las dos leyendas, un duende silbador y una joven vestida de blanco, surgieron de las vivencias y de la imaginación de la gente. Aún hoy se siguen contando historias que tienen como protagonistas a esos seres misteriosos.
Silba la siesta
¡Qué calor insoportable! Me hace acordar a la tarde en que se lo llevaron a Bruno. Estuvo un día entero sin aparecer, la tía estaba como loca. Yo sabía qué le había pasado, y los demás también, pero nadie se animaba a decirlo. Esto fue hace como treinta años, cuando vivíamos en Misiones, al lado del río Iguazú. A Bruno le faltaban veinte días para cumplir cinco años y siempre quería frascos para guardar bichos. Tenía una colección de insectos del monte, que atrapaba a la hora de la siesta. Todas las tardes, la tía le decía que estaba podrida de tanto bicherío, y que se metiera en la cama, porque si no, lo iba a agarrar el Jasy-Jateré. Y así fue.
Una tarde salió a cazar avispas Camoatí, a pesar de que el típico silbido sonaba más fuerte que de costumbre. Esperó a que todos se durmieran y se escapó para el monte. Pienso ahora que el Jasí lo llamaba con su silbido. Llegó la noche y Bruno no volvió. Recorrimos la zona con linternas y desesperación. Cada vez que podía, yo dejaba un montoncito de tabaco para que el Jasí se contentara mascándolo y nos devolviera a Bruno. Lo encontré yo al día siguiente, estaba todo enredado en ramas y tenía hojas en el pelo que parecían pegadas con saliva. Vi huellas que venían del Norte, así que para ese lado se había ido el desgraciado. Todos saben que el Jasí es un rubio bonito pero tiene los pies al revés. Bruno estaba como atontado y solo se acordaba del brillo de un bastón dorado. ¡Qué calor insoportable, las cosas que me hace decir! Leyenda popular, versión de Tatiana Lara Israeloff y Violeta Hadassi.
El Jasy-Jateré En el Noreste de la Argentina, en Paraguay y en el sur de Brasil, se cuenta la historia del Jasy-Jateré, el que se oye y no se ve. Es un hombrecito rubio que usa un sombrero de paja y tiene los pies al revés. Camina ayudado de un bastón de oro y con su silbido atrae a los chicos que no duermen la siesta. Juega con ellos hasta que se aburre, les lame la cara y los deja en el monte envueltos en enredaderas. Los chicos quedan atontados y no recuerdan cómo volver a sus casas.
RUIDOS • A veces, el miedo se nos mete por los oídos, como cuando escuchamos el silbido del Jasy. Y aunque nos den miedo, seguimos los ruidos porque queremos saber de qué se tratan. Igual que Bruno, el niño de la leyenda. Algunos ruidos nos hacen estremecer, como el de una puerta que se cierra de golpe o un grito que viene de lejos. ¿Qué sonidos les ponen la piel de gallina o les dan mucho miedo? ¿Por qué?
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¡El JasY no es así!
• Vuelvan a leer la descripción prestando atención a las características del Jasy. Compárenlas con la ilustración que aparece aquí y comprobarán que son muy diferentes. Marquen los errores que cometió el dibujante y expliquen, en sus carpetas, los cambios que tendría que hacerle al dibujo
Tiempo de escribir:
Fábrica de personajes • Les proponemos completar el cuadro sobre el Jasy y, después, usarlo como guía para inventar su propio personaje de leyenda.
¿Cómo es físicamente? ¿Qué maldades hace? ¿Para qué se cuenta esta leyenda?
Nombre: Jasy-Jateré
• Ahora creen su propio personaje. armen un cuadro con estos datos
¿Cómo es físicamente? ¿Qué maldades hace? ¿Para qué se contarían sus historias?
• ¿Qué se imaginan que pasaría si se encontraran con el personaje de leyenda que inventaron?
La dama de blanco
El joven dobló por la calle Juncal, como todos los últimos sábados por la noche. Desde que Lucía lo había dejado, se había vuelto su recorrido habitual. El aire que salía de su boca se convertía en humo al encontrarse con el frío de agosto. Al llegar a la esquina de Junín, algo lo motivó a cambiar de rumbo y unos metros más adelante, vio a una muchacha. Llevaba un vestido de un blanco radiante. El joven no pudo frenar el impulso de invitarla a tomar algo y darle su abrigo para protegerla. Entraron a “La Biela”, un bar tradicional del barrio de Recoleta. Eligieron ubicarse junto a la ventana, alejados de la gente. Él le quitó el sobretodo a la muchacha, dejando la blancura del vestido nuevamente al descubierto, y le acercó la silla en un gesto de caballerosidad. Se sentaron enfrentados manteniendo la distancia que exigía la mesa. Él no sabía con qué tema empezar la conversación. Tenía miedo de quedar en ridículo o espantarla. Se le ocurrió que la música era un buen tema. Así se enteró de que a ella le gustaba la música clásica y sabía tocar el piano. Cuando les trajeron el café supo su nombre: Luz María. El joven notó que los hombres que estaban en el bar los miraban y murmuraban. No le pareció extraño siendo Luz María tan hermosa. Él se ofreció a acompañarla hasta la casa y en el puesto de flores de la calle Posadas, le compró un ramo de rosas. En el umbral de la puerta, entre miradas y sonrisas, la besó. Sintió un escalofrío y volvió a su casa pensando en ella. Al día siguiente, decidió sorprenderla. Tocó el timbre de su casa y una señora mayor le abrió la puerta. Él le preguntó por Luz María y, entre llantos y gritos, recibió una respuesta inesperada. Su dama de blanco había muerto treinta años atrás. Corrió al cementerio sin poder creer en las palabras de aquella mujer. Los nombres escritos en las lápidas le lastimaban los ojos. Su desesperada búsqueda llegó a su fin frente al nombre de Luz María grabado en el mármol. Cerró los ojos porque ya no quedaba nada por ver. Cuando el vacío del mundo se había hecho más grande, el aroma de las rosas se hizo presente y el joven volvió a sentir el mismo escalofrío de la noche anterior. El sereno del Cementerio de La Recoleta declaró que era habitual, desde hacía treinta años, ver pasear a Luz María vestida de blanco los sábados por la noche.
Leyenda urbana, versión de Tatiana Lara Israeloff y Violeta Hadassi.
Creando suspenso
En esta leyenda aparecen varios elementos que, combinados, crean un clima de suspenso. Vamos a rastrear algunos de ellos:
• ¿En qué época del año sucede la historia?----------------------------------------------------------------------------
• ¿En qué momento del día el joven conoce a la dama de blanco?----------------------------------------------------------------------
• ¿En qué barrio de la Capital Federal están los personajes? ¿Qué hay en ese barrio?-------------------------------------------------
Gran parte de las historias de terror suceden en lugares que asociamos con el miedo, como un cementerio o un castillo antiguo. También suele hacer frío, lo que nos hace sentir más frágiles. Habitualmente transcurren de noche, cuando nuestros ojos no distinguen bien las formas y la luna nos envuelve con su luz mortecina.
Cosas que pasan dos veces
En la leyenda hay algunos elementos que se repiten.
El joven siente un escalofrío en dos momentos: cuando besa a Luz María y cuando está parado junto a su lápida.
• ¿Por qué creen que siente ese escalofrío en el cementerio?-------------------------------------------------------------------
El joven siente un vacío en dos escenas: cuando no sabe qué decirle a Luz María en el bar y cuando ve su nombre escrito en el mármol en el cementerio. Vuelvan a leer la leyenda y encuentren cómo se llena el vacío que siente el joven en cada caso.
En el bar, el vacío se llena con-------------------------------------------------------------------------------------------------
En el cementerio, el vacío se llena con----------------------------------------------------------------------------------
Pistas:
Uno de los elementos que llenan el vacío se puede escuchar. El otro, se puede oler.
El color blanco aparece varias veces a lo largo del texto. Así se logra acrecentar la sensación de vacío y crear el clima para una historia de fantasmas.
Los detalles nos dicen cosas
• ¿Qué sucede en la leyenda “entre miradas y sonrisas”?--------------------------------------------------
• ¿Qué sucede “entre llantos y gritos”?-------------------------------------------------------
• ¿Qué se les ocurre que sucederá en estas situaciones? Completen, como en el ejemplo: Entre aplausos y gritos, el cantante apareció sobre el escenario.
Entre murmullos y secretos,------------------------------------------------------------------------
Entre risas y carcajadas,---------------------------------------------------------------------
Entre temblores y escalofríos,------------------------------------------------------------------
Cuando leemos nuestros escritos a otros, podemos descubrir que necesitamos corregir algunas cosas. Por eso, cuando terminen de escribir su historia, reléanla para ustedes mismos y también para otras personas (compañeros, amigos, maestros). Fíjense especialmente: - Si es una historia de miedo, en la que sucede algo extraño o sobrenatural. - Si el título de la leyenda se relaciona con la historia que escribieron. - Si la historia se complica un poco y al final se resuelve, para bien o para mal. - Si separaron las oraciones para que, al leer el relato, se comprenda bien la historia. - Si tienen dudas con la ortografía de alguna palabra, no duden en preguntarle a un adulto o a un compañero, o buscarla en un diccionario. - Revisen el texto cuantas veces lo crean necesario, y finalmente pásenlo en limpio.
Tiempo de escribir:
Leyendas urbanas para continuar
El relato que leyeron sobre la Dama de blanco es una leyenda urbana. A este tipo de relatos de miedo que circulan por las ciudades se los llama también mitos urbanos.
• En esta página pueden leer el comienzo de otras dos leyendas urbanas. Ambas están incompletas, les falta el nudo y el desenlace. Elijan una y complétenla en sus carpetas.
La dama vestida de negro
En San Gregorio, localidad cercana a Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, sus pobladores relatan que una mañana de cerrada llovizna, un abastecedor del frigorífico Maru de Rufino encontró en la ruta 14 a una mujer vestida de negro que hacía el tradicional gesto de autostop. La llevó hasta la ciudad y cuando la dama se bajó, tras agradecerle por haberla acercado hasta escasa media cuadra de su casa, le dijo su nombre: Nancy Núñez. Poco después, el hombre se enteró de que...
La criatura acechante
Cuentan los vecinos de Ciudadela, en la provincia de Buenos Aires, que cierta noche un colectivo de la línea 237 pasaba en su habitual recorrido por la avenida Alvear. Al llegar a la altura del Cementerio Israelita, uno de los pocos pasajeros que viajaban a esas horas, vio una nube blanca que provenía del cementerio y se acercaba hacia
DE LA EP N°23